Es evidente que la propensión que tengo por aplaudir causas "liberales" (por llamarles de un modo sin entrar en detalles) es grande y entusiasta.

Pero recordar que en el ejercicio ridículo de los recursos monetarios, existe un lugar llamado Dubai, "no-ciudad-estado" arbitraria y paraíso artificial, erigida en medio de históricos parajes de aguas desoladas y montículos de arena, levanta en mi una suerte de ira especulativa. Dubai es una orbe que recuerda diariamente que "las cosas" están fuera de balance. Millones de dólares se invierten ahí todos los días para procurar comodidades desmedidas a multimillonarios de todo el mundo; principalmente de Reino Unido claro está, y se ocupan brazos, manos, piernas y vaginas para mantener ese micro-universo desmedido de placeres.

Se puede argüir que a esta distancia, desde algún paraje americano no hay pruebas ni señales para hablar sobre el fenómeno. No obstante, son muchas las preguntas que asoman por la falta de información en línea sobre derechos laborales, leyes de diversidad y protección de derechos humanos en Dubai. ¿Por qué existen sitios como mafiwasta? No puedo saberlo. Sólo pareciera que las leyes ahí, son súmamente arbitrarias, y que miles de trabajadores arriesgan su vida y derechos humanos en pos de la opulencia infrahumana de otros. Esperemos que no. Por ahora, este pobre hombre ha elegido, libremente, comprar un palacio de lo absurdo en Dubai, en lugar de estar "hackeando" los procesos socioeconómicos y culturales, que tienen a muchos habitantes su planeta, expuestos al sufrimiento diario...

¡BASTA! Hay mucho que hacer de este lado del mundo, y en nuestros micro universos. Esto sigue girando, Dubai sólo viaja a bordo.